La Casa Ducal de Medinaceli tiene su origen en la descendencia primogénita del Príncipe Don Fernando, conocido con el sobrenombre de "el de la Cerda", hijo mayor y malogrado sucesor de Alfonso X, Rey de Castilla y León. Al premorir a su padre dejando dos hijos de corta edad, conocidos como los "Infantes de la Cerda", se abrió un complejo pleito sucesorio que derivó en una larga guerra civil por la que el mayor de estos, Alfonso, titulándose Rey de Castilla y León, disputó dicha Corona sucesivamente a su tío Sancho IV, a su primo Fernando IV y, finalmente, a su sobrino Alfonso XI, a quien siendo ya sexagenario reconoció como rey legítimo a cambio de un conjunto disperso de territorios conocidos como "de la recompensa". Por sucesivos fallecimientos sin sucesión, dichos territorios y la representación de la línea mayor desheredada de la Casa Real de Castilla y León pasaron a una nieta suya, Isabel de la Cerda quien al casar con Bernardo de Bearne, creado Conde de Medinaceli en 1368, recibió en donación dicho condado, titulándose desde entonces por derecho propio Condesa de Medinaceli. En adelante, su Casa sería conocida por el nombre de su villa condal soriana y la preponderancia de la linea materna quedaría reflejada en que su descendencia olvidó el nombre y las armas de Foix de su línea paterna y usó unicamente los signos de identidad del linaje de la Cerda. Para saber más, véase Casa de Medinaceli.