Esta pequeña estatua de madera policromada que representa a Cristo Resucitado fue concluida por El Greco en 1598 según se desprende de la documentación generada en torno a su tasación por los peritos nombrados respectivamente por El Greco y Pedro Salazar de Mendoza, rector del Hospital Tavera, quien había contratado esta obra, junto con un Tabernáculo o Custodia, en 1595 para ornar la Capilla provisional de esta institución benéfica, mientras se concluía el templo-pantón del Cardenal Tavera para el que se preveía un retablo que le será encargado al cretense diez años más tarde, en 1608.