Según Vasari, Sebastiano Luciani nació en Venecia en 1485 y murió en Roma en 1547. Fue conocido como Sebastiano del Piombo por haber obtenido en 1531 del papa Clemente VII el oficio de Piombatore que es como se denominaba popularmente al depositario del sello de plomo pontificio con el que se autenticaban las bulas y cartas apostólicas.
Formado en Venecia, primero en el taller de Giovanni Bellini y después en el de Giorgione cuya influencia es patente en sus primeras obras, desarrolló, sin embargo, la mayor parte de su carrera en Roma, por lo que es el artista del Renacimiento que mejor concilia la luz y el color, característicos de la escuela veneciana, con la fuerza expresiva del dibujo y la composición propia de la romana y en especial de su mentor y protector, Miguel Angel, quien le proporcionó dibujos preparatorios para algunas de sus obras, de los cuales se conservan los realizados para cuatro de ellas:
La Piedad de Viterbo; La Flagelación de la Capilla Borgherini en San Pietro in Montorio; La Resurrección de Lázaro y La Piedad de la Capilla del Salvador de Úbeda.
La etapa veneciana del Piombo fue bastante breve pues ya en la primavera de 1511, apenas unos meses después de la muerte de su maestro Giorgione, aceptó la propuesta del banquero sienés, Agostino Chigi, de trasladarse a Roma para pintar unos lunetos de su palacio del Trastevere, más tarde conocido como villa Farnesina.
Los primeros años en Roma estuvieron marcados por la admiración de la obra de Rafael con quien, sin embargo, prontó entró en competencia estimulado y ayudado por su amigo Miguel Angel que, al decir de Vasari, vió en el dominio del color de Sebastiano una oportunidad de vencer a quienes en Roma "se adherían de mejor gana a la gracia de Raffaello que a la profundidad de Michelagnolo"
. Esta rivalidad llegó a su punto culminante cuando, en 1516, el cardenal, Julio de Medicis, futuro Clemente VII, encargó a ambos dos pinturas de gran formato para su sede arzobispal de Narbona, La Resurrección de Lázaro al Piombo y La Transfiguración a Rafael.
Tras la muerte de Rafael en 1520, no llegó a ocupar, como al parecer esperaba, su puesto en la pintura oficial de Roma teniendo que dedicarse sobre todo a pinturas de mediano tamaño y a retratos, género en el que fue unánimemente alabado.
El Saco de Roma de 1527 marcó un punto de ruptura decisivo en la obra del Piombo. Durante el mismo acompañó a su protector el papa Clemente VII a su refugio en el Castel Sant'Angelo cuando la mayor parte de los artistas y cortesanos de Roma habían abandonado la ciudad. A partir de entonces se produce un doble giro en su producción pictórica: por una parte, tras ser premiado con el oficio de piombatore, generosamente remunerado y parco en obligaciones, disminuyó su actividad, que no su calidad, pictórica, juicio de Vasari que encuentra su refrendo en que solamente diez de sus obras se hayan datado en las dos últimas décadas de su vida, de las cuales algunas quedaron inacabadas a su muerte; por otra, se reforzó la vena melancólica y dramática de su pintura con composiciones de una intensa y sobrecogedora religiosidad como esta Piedad que Ferrante Gonzaga le encargó en 1533 para ornar la capilla funeraria de Francisco de los Cobos, la futura Sacra Capilla del Salvador, que por entonces proyectaba construir en Úbeda, su ciudad natal, el Secretario universal del Emperador Carlos V, y que el Piombo tardó seis años en ejecutar.
Estas últimas obras del Piombo, lo va a convertir en el iniciador de una "pittura senza tempo" sin contexto narrativo, por lo que en este último Piombo van a encontrar los pintores post-tridentinos el modelo más consistente.
«« AnteriorPágina 1/3Siguiente »»Índice