Fundación Casa Ducal de Medinaceli

El Cardenal Tavera

De los cinco lienzos del cretense, probables encargos de su amigo el rector don Pedro Salazar de Mendoza o parte de los bienes que le fueron embargados a Jorge Manuel Theotocópuli por el Hospital de San Juan Bautista a causa del pleito establecido por la obra de los retablos, destaca en primer lugar el retrato del fundador de dicha institución, arzobispo de Toledo y cardenal del título de San Juan ante Portam Latinam, gobernador del reino castellano en ausencia del emperador Carlos V, presidente del Consejo de Castilla e inquisidor general, el Cardenal Juan Pardo de Tavera (1472-1545), originalmente firmado pero cuyos caracteres griegos minúsculos desaparecieron de su ángulo inferior derecho debido a un parcial deterioro del lienzo.

Procedente de la Capilla [] hospitalaria, de cuyos muros colgaba, muy probablemente fue sacado a partir tanto de la mascarilla funeraria que se conserva en la Sala del Archivo [], como de la fisonomía del retrato atribuido a Alonso Berruguete a partir de las afirmaciones de Salazar de Mendoza; éste poseía al morir en 1629 en sus habitaciones rectorales del propio hospital, un retrato del cardenal, “en lo alto de la casa”, colgado entre otros retratos, imágenes de devoción y mapas; no obstante, la imagen grabada por Pedro Ángel y publicada en su obra histórico-biográfica titulada Chrónico de el Cardenal don Ioan de Tavera [] (Toledo, 1603), parece derivar más del retrato berruguetesco, ahora revestido de cardenal, que del más moderno del cretense, al que la crítica ha otorgado siempre una fecha tardía, posterior a 1608, vinculada a la cronología del encargo de los retablos.

Si en este retrato aparecía don Juan tocado con un bonete púrpura, vestido con un roquete blanco y leyendo ensimismado en un breviario que apoyaba en el capelo cardenalicio, la figura del Greco –y a pesar de su aire demacrado- nos contempla sentada desde detrás de una mesa, en la que reposan la mano izquierda, un bonete y un grueso libro encuadernado [] y de título ilegible, de más de medio cuerpo y revestido con su vestimenta de cardenal. A través de estos recursos compositivos, el color y la viveza de la pincelada, el candiota logra una imagen de gran inmediatez y presencia física y psicológica. A pesar del eco de retratos como el de de Paulo III y sus sobrinos Alessandro y Ottavio Farnese (1546) de Tiziano (del Museo de Capodimonte de Nápoles) [], la composición se aproxima más a la tipología de las imágenes de San Jerónimo en su estudio [], que tantas veces frecuentó el candiota.

Fernando Marías