"No he sabido que pasase este año en el mundo cosa de importancia, todo estuvo suspenso y atento al nacimiento de el Cardenal, para que el fuese el más notable suceso y se llevase tras si todos los buenos que pudiera haver". Así describe Pedro Salazar y Mendoza, administrador del Hospital San Juan Bautista y hagiógrafo del Cardenal, el año de 1472, en que nació en Toro Juan Tavera.
Cuando áun contaba pocos años de edad, quedó huérfano de padre, por lo que la familia se trasladó Madrigal de las Altas Torres, donde inicia sus estudios de Gramática que completará en Salamanca curando latinidad, retórica y cánones. En esta Universidad alcanza la licenciatura en Decretos el año 1504 al tiempo que es elegido rector de la misma.
Al comienzo de su carrera contó con la protección de su tío abuelo Fray Diego de Deza, preceptor del primogénito de los Reyes Católicos, el malogrado príncipe Don Juan, amigo de Colón y cuya larga carrera eclesiástica culminó siendo nombrado Inquisidor General y Arzobispo de Sevilla.
Se traslada con su tío a Sevilla, donde es nombrado canónigo de la Catedral primero y Vicario General después. En 1514 es nombrado Obispo de Ciudad Rodrigo como premio a la reforma que propuso de la Real Chancillería de Valladolid.
En 1521 Carlos V le confía una misión diplomática en Portugal. Con ocasión del viaje para dar el pésame a la Reina Leonor, su hermana, que acaba de enviudar, le encarga inicie conversaciones para su matrimonio con la Infanta Isabel y el de la Infanta Catalina con el Rey Juan de Portugal.
Debió satisfacer a Carlos V, porque a su regreso le nombra Presidente de la Real Chancillería de Valladolid y Obispo de Osma y poco después Arzobispo de Santiago y Presidente del Consejo Real, convirtiéndose en el principal apoyo de la Emperatriz Isabel durante las frecuentes asuencias del César Carlos.
En 1531, Carlos V le comunica por carta que "Su Santidad me hizo merced del capelo de cardenal para vos lo qual yo le suplique"